lunes, 18 de mayo de 2009

RENOVACIÓN

Reinventar, rehacer, reintentar, reconstruir, reanudar, renovar, es de valientes y de hijos de Dios. Alguien ha dicho que es más fácil comenzar algo totalmente nuevo que renovar algo. Pero esto no aplica para el matrimonio. En el matrimonio debemos renovarnos cada día. La lucha se renueva, los problemas se renuevan, ¡cómo no se debe renovar la pareja! Todos pasamos y tenemos días buenos, pero también vivimos días de los otros. Esos días cuando las fuerzas se debilitan, cuando el ánimo flaquea y la alegría se escapa en un solo instante. Una causa de lo mas tonto quizá, pero rompe la tranquilidad y la paz; y una vez más, hay que renovarnos, hay que reintentarlo. Las fortalezas a nuestro favor serán el amor y el perdón. El amor que nos asegura que queremos seguir al lado de la persona amada y el perdón que nos estrecha a la persona amada. Nos estrecha porque lo contrario es alejarse. Las personas que no se perdonan se alejan. Ya lo hemos experimentado. ¡Es horrible! El silencio, dormir más no descansar. ¡No! ¡No lo permitamos más. Fuimos creados para estar vinculados en amor, para una plenitud de vida. No nos conformemos con sobrevivir y aparentar. Abraza, estrecha, besa, carga a tu ser amado. Céntrate en sus cualidades y esmérate en  hacerle saber que importante para ti. Renuévense. Hoy puede ser el comienzo de una renovada historia de amor. Ambos se lo merecen. No se equivocaron al escogerse mutuamente. Son el uno para el otro. Se aman. Solo habían estado distantes por la falta de perdón. No dejes que llegue la noche sin haber experimentado una nueva renovación (Efe. 4:26).  Y esto último es una redundancia a propósito, pues la renovaciones deben ser nuevas cada día. 
Ptr. Benjamín Carballo Castillo

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