AMIGOS, SON POCOS PARA VALORARSE SIEMPRE

He estado reflexionando en los últimos días acerca de cuan pocos pueden llamarme amigo suyo. La verdad, creo, en la etapa que me encuentro, no me es fácil ser amigo. Paso mucho tiempo viajando, cuando llego a casa quiero exclusividad y privacidad con mi familia. Tumbarme a descansar y disfrutar de leer libros. Como se dan cuenta, no me estoy quejando de no tener amigos, sino estoy aceptando que a mi me es difícil ser un buen amigo. Por supuesto que la reflexión resultado de esta aceptación  se convierte en un desafío personal al llegar a la media vida de mi existencia. Admiro en mi esposa su capacidad de sostener amistades a prueba de distancias y crianza de hijas. Creo que ella es mi mejor ejemplo y quiero hacer más en esta área de mi vida. Los amigos son un tesoro. Lo sé. En mi época universitaria disfruté de amistades muy enriquecedoras. Alguna vez hasta escribí  un canto en honor a mis amigos y que interpreté en la última cena del curso de Teología, "jamás podré olvidar los días del ayer, amigos de verdad que sin buscar hallé". Sé que algunos de mis amigos de esa época aún me consideran amigo a pesar de mi descuido de su amistad. Algunos me llaman de cuando en cuando y entonces... me siento culpable de no haber tomado la iniciativa yo. Gracias amigos por considerarme parte de sus vidas. Dios bendiga mis amigos y nuestra amistad.

Benjamín Carballo Castillo